Vale. Llevo todo el día viendo cómo hacer frente a esta noticia. Sé que suena exagerado, a fin de cuentas no era ni familiar, ni amiga, ni siquiera conocida, del gran Alan Rickman. Pero supongo que hay una especie de pacto no escrito entre un actor y el espectador: si él no te defrauda, vas a tenerle amor eterno para siempre. Le vas a seguir y vas a apoyarle desde la distancia.
Esto me pasa a mí mucho con actores que, encima, interpretan personajes que me llegan al alma. Véase Robin Williams, por ejemplo.
El caso es que Alan Rickman, Severus Snape, o como sea que quieran dirigirse a él, era un fantástico actor. A mí siempre me ha encantado, ya sea en Harry Potter o en Love Actually. Y, además, por lo que he podido ver de entrevistas, vídeos, o comentarios de otros actores compañeros suyos, también era una persona maravillosa.
Pero bueno, la vida es así, y los grandes se van. Solo nos queda despedirnos como se merece.
"Cuando tenga 80 años y esté sentado en mi mecedora, estaré leyendo Harry Potter. Y mi familia me dirá: ¿Después de todo este tiempo?, y responderé: Siempre."
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